3 cuentos cortos para dormir a los niños

Leer cuentos antes de dormir es una tradición que no solo entretiene a los niños, sino que también fomenta su amor por la lectura, estimula su imaginación y crea un momento especial entre padres e hijos. A continuación, presentamos tres cuentos cortos que son perfectos para ayudar a los niños a relajarse y preparar sus mentes para una noche de sueño tranquilo.

Resumen
  1. El conejito curioso
  2. El dragón que no quería volar
  3. La princesa y el sapo cantor

El conejito curioso

Había una vez un conejito llamado Bruno que vivía en un pequeño bosque. Bruno era muy curioso y siempre le gustaba explorar los alrededores. Una noche, decidió salir de su madriguera para ver las estrellas. Caminó hasta el claro del bosque, donde el cielo era más brillante y las estrellas parecían tan cercanas que casi podía tocarlas.

Mientras miraba las estrellas, Bruno escuchó un susurro suave que decía: “Hola, Bruno”. Sorprendido, miró a su alrededor y vio a una pequeña estrella que había bajado del cielo. La estrella le sonrió y le dijo: “Soy Stella, y vengo a enseñarte los secretos del cielo nocturno”.

Stella llevó a Bruno por un viaje mágico a través del cielo. Le mostró las constelaciones y le contó historias sobre cada una de ellas. Bruno estaba fascinado y no podía dejar de preguntar sobre todas las maravillas que veía.

Finalmente, Stella dijo: “Es hora de que vuelvas a casa, Bruno. Pero recuerda, siempre estaré en el cielo para iluminar tu camino”. Bruno agradeció a Stella y regresó a su madriguera, donde se acurrucó y soñó con las estrellas y sus historias mágicas.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

El dragón que no quería volar

En un reino lejano, vivía un pequeño dragón llamado Drago. Drago era diferente de los demás dragones porque no le gustaba volar. Mientras sus amigos se divertían surcando los cielos, él prefería quedarse en tierra, explorando los bosques y jugando con los animales.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Drago encontró a una hada llamada Lila que estaba atrapada en una red. Sin pensarlo dos veces, Drago usó su aliento de fuego para liberar a Lila. La hada, agradecida, le dijo: “Gracias, Drago. Por tu valentía, te concederé un deseo”.

Drago pensó por un momento y luego dijo: “Quiero saber por qué no me gusta volar”. Lila sonrió y le tocó con su varita mágica. De repente, Drago recordó algo que había olvidado: cuando era pequeño, había intentado volar y se había caído, asustándose mucho. Desde entonces, había evitado volar por miedo a caer de nuevo.

Lila le dijo: “Drago, todos tenemos miedos, pero enfrentarlos nos hace más fuertes. Inténtalo de nuevo, y verás que puedes volar tan alto como cualquier otro dragón”. Con las palabras de Lila en su corazón, Drago extendió sus alas y, con un poco de nerviosismo, despegó del suelo.

Para su sorpresa, Drago voló con facilidad y se sintió libre y feliz. Desde ese día, Drago no solo disfrutó de volar, sino que también ayudó a otros a superar sus miedos, convirtiéndose en un verdadero héroe en el reino.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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La princesa y el sapo cantor

Había una vez una princesa llamada Sofía que vivía en un castillo rodeado de hermosos jardines. Sofía amaba las flores y pasaba horas cuidándolas. Un día, mientras regaba sus plantas, escuchó un canto melodioso que venía de un pequeño estanque.

Curiosa, Sofía se acercó al estanque y vio a un sapo verde que cantaba con una voz increíble. Sorprendida, Sofía le preguntó: “¿Cómo es posible que cantes tan bonito?”. El sapo, cuyo nombre era Gustavo, le respondió: “Soy un sapo encantado. Una bruja me convirtió en sapo, pero mi canto sigue siendo el de un príncipe”.

Sofía, conmovida por la historia de Gustavo, decidió ayudarlo. Fue a la biblioteca del castillo y encontró un antiguo libro de hechizos. Leyó durante horas hasta encontrar el hechizo adecuado para romper la maldición. Con mucho cuidado, recitó las palabras mágicas y, de repente, Gustavo se transformó en un apuesto príncipe.

Agradecido, Gustavo le dijo a Sofía: “Gracias por devolverme mi forma. Como muestra de mi gratitud, te regalaré una flor mágica que florece cada noche y canta una canción que trae dulces sueños”. Sofía aceptó el regalo y plantó la flor en su jardín.

Desde ese día, cada noche, la flor cantaba su melodía, y Sofía se dormía escuchando la hermosa canción, soñando con aventuras mágicas y felices.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.


Esperamos que estos cuentos cortos ayuden a los niños a relajarse y a soñar con mundos maravillosos y mágicos. ¡Buenas noches y dulces sueños!

Laura Puentes

Laura es una profesora de 31 años que trabaja como profesora de primaria en un colegio Sevilla. Se caracteriza por su entusiasmo por los apuntes bonitos y sus estudiantes.

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